Cuando el trabajo peligra, surgen dudas. Una de las más habituales es saber si lo que ha ocurrido en tu caso es un despido improcedente o ERE. No son lo mismo, y de esa diferencia dependen tus derechos, tu indemnización y tus posibilidades de reclamar.
En este artículo verás qué distingue cada figura, qué consecuencias tiene para el trabajador y cómo actuar ante cada una. Porque no basta con saber que te han despedido. Necesitas saber cómo, por qué y qué puedes hacer.
Qué es un despido improcedente
Un despido es improcedente cuando el empleador no logra justificar las causas alegadas o incumple los requisitos legales. Aquí no hablamos del motivo en abstracto, sino de cómo se ha aplicado en tu caso concreto.
Por ejemplo, una empresa puede alegar causas económicas. Pero si no las acredita, o no respeta el procedimiento, el despido será improcedente. También ocurre cuando no se entrega la carta de despido, no se respeta el preaviso o no se paga la indemnización.
Un juez puede declarar improcedente un despido si la empresa no demuestra que actuó dentro de la legalidad. Y esa decisión cambia por completo el panorama: o te readmiten, o te indemnizan con mayor importe.
Qué es un ERE y cómo funciona
El ERE es un procedimiento que regula los despidos colectivos. Se aplica cuando una empresa despide a varios trabajadores por causas objetivas: económicas, técnicas, organizativas o productivas.
Se considera despido colectivo cuando afecta a:
Tamaño de la empresa | Número de despidos en 90 días |
---|---|
Menos de 100 trabajadores | 10 o más personas |
Entre 100 y 300 trabajadores | El 10 % de la plantilla |
Más de 300 trabajadores | 30 personas o más |
También cuenta como ERE el cierre total de la empresa si afecta a más de 5 empleados.
Antes de hacer efectivo el despido, la empresa debe abrir un periodo de consultas con los representantes de los trabajadores y notificar a la autoridad laboral. El procedimiento tiene plazos, condiciones y trámites estrictos.
Diferencias clave entre despido improcedente o ERE
Aunque ambos pueden terminar con la pérdida del empleo, las diferencias entre despido improcedente o ERE son profundas. No solo en lo legal, sino también en los derechos del trabajador.
Concepto | Despido improcedente | ERE (despido colectivo) |
---|---|---|
Número de afectados | Un trabajador | Grupo de trabajadores simultáneamente |
Procedimiento previo | No requiere negociación colectiva | Requiere consultas con los representantes |
Causa alegada | Suele ser disciplinaria u objetiva | Causas económicas, técnicas u organizativas |
Indemnización mínima | 33 días por año trabajado | 20 días por año trabajado |
Posibilidad de readmisión | Sí, si el trabajador lo solicita | No, salvo acuerdo colectivo específico |
El despido improcedente suele resolverse en vía judicial, mientras que el ERE requiere intervención de la autoridad laboral desde el inicio. Por eso, los mecanismos de control y defensa también cambian.
Qué hacer si tienes dudas sobre tu despido
Muchos trabajadores no saben si su despido encaja en un ERE o si pueden reclamar por improcedencia. Y ese desconocimiento les cuesta dinero y derechos.
Si te han entregado una carta de despido, revísala con calma. Fíjate en la causa, en la fecha y en la indemnización ofrecida. Si no entiendes el contenido, no firmes sin poner «no conforme». Y guarda una copia.
Después, revisa si hay más personas despedidas en la empresa. Si se trata de una medida colectiva, la empresa debe haber seguido el procedimiento del ERE. Si no lo hizo, puedes alegar nulidad por fraude.
En cambio, si tu despido es individual y no justificado, puedes iniciar una reclamación judicial. Tendrás un plazo de 20 días hábiles desde la fecha de efectos del despido.
¿Y si ya firmaste el despido?
Haber firmado no impide reclamar. Muchos trabajadores firman por desconocimiento o presión. Lo importante es si firmaste un acuerdo de finiquito renunciando a reclamar, y si lo hiciste con plena información.
Aun así, si hubo vicios en el consentimiento, puedes impugnar. Por eso conviene revisar todo con un abogado antes de asumir que ya no hay solución.
Especialmente en despidos colectivos, algunas empresas ocultan la verdadera naturaleza del procedimiento para evitar las obligaciones de un ERE. Si el número de despidos encaja en los márgenes legales, pero se reparten en el tiempo, también puede haber fraude de ley.
¿Se puede impugnar un ERE?
Sí, tanto de forma colectiva como individual. Los representantes de los trabajadores pueden impugnar el procedimiento si hubo irregularidades en el periodo de consultas, falta de documentación o fraude en los acuerdos.
También cada trabajador afectado puede presentar una demanda individual. En este caso, se analiza si se respetaron sus derechos particulares: antigüedad, prioridades de permanencia, condiciones personales o familiares.
Además, la autoridad laboral puede intervenir si detecta que el despido busca obtener prestaciones indebidas o se ha producido con abuso de derecho.
Cuándo consultar a un profesional
El momento ideal para consultar es desde el primer día. Si esperas a que pasen los plazos, perderás opciones. Y si decides actuar sin asesoramiento, puedes aceptar condiciones muy inferiores a las que te corresponden.
El análisis de un despido improcedente o ERE no se basa solo en lo que dice la empresa. Se basa en la ley, en los antecedentes y en las pruebas. Por eso, necesitas alguien que conozca el terreno y te diga con claridad si tienes un caso o no.

Preguntas frecuentes sobre despido improcedente o ERE
¿Puede convertirse un ERE en despido improcedente si no se cumple el procedimiento?
Sí. Si la empresa no respeta las fases del ERE, cualquier trabajador afectado puede reclamar y obtener la declaración de despido improcedente. Esto sucede, por ejemplo, si no se abre un verdadero periodo de consultas, si no se aporta la documentación exigida o si se vulneran derechos fundamentales durante el proceso.
La autoridad laboral también puede intervenir si detecta irregularidades graves. Pero incluso sin esa actuación oficial, el trabajador puede impugnar individualmente su despido y exigir una indemnización mayor o incluso su readmisión. Todo dependerá de cómo se haya ejecutado la medida y qué pruebas existan para acreditar el incumplimiento empresarial.
Por eso, no hay que asumir que todo ERE es legal por defecto. A veces, detrás de una apariencia formal, se esconden defectos que convierten el procedimiento en fraudulento.
¿Qué pasa si el ERE afecta a trabajadores en situación especial, como embarazadas o con reducción de jornada?
En un ERE, la empresa debe respetar las prioridades de permanencia establecidas por la ley o por el convenio colectivo. Existen colectivos especialmente protegidos, como mujeres embarazadas, personas en reducción de jornada por cuidado de hijos o trabajadores en riesgo por edad o situación familiar.
Si el despido afecta a uno de estos perfiles sin una justificación objetiva y clara, puede considerarse nulo. Eso implica que la empresa debe readmitir al trabajador y pagarle los salarios de tramitación.
Confundir un despido colectivo con un despido improcedente en estos casos es habitual. Pero si se acredita discriminación o vulneración de derechos, el resultado va más allá: puede anularse la decisión.
Por tanto, siempre conviene estudiar bien el contexto personal antes de asumir que la empresa actuó correctamente.
¿Un trabajador puede negociar una indemnización mejor si se le incluye en un ERE?
Sí. Aunque la indemnización mínima por ERE es de 20 días por año trabajado, muchas empresas ofrecen mejoras a cambio de cerrar acuerdos durante el proceso de consultas. En esas negociaciones colectivas, los representantes legales pueden pactar condiciones más ventajosas para los trabajadores.
Además, si un trabajador tiene un perfil estratégico o acumula muchos años de antigüedad, puede negociar condiciones personalizadas. En algunos casos se pactan indemnizaciones superiores, pagos fraccionados o ayudas para la recolocación.
No se trata de aceptar lo que se ofrece sin más. Entender si el despido es colectivo o improcedente ayuda a fortalecer la posición negociadora. Por eso, contar con asesoramiento especializado marca una diferencia real.
¿Cómo afecta el tipo de despido al acceso al paro?
Tanto el despido improcedente como el ERE permiten acceder a la prestación por desempleo, siempre que el trabajador haya cotizado lo suficiente. Lo importante es que el despido no sea voluntario ni haya mediado baja pactada sin justificación.
En el caso del despido improcedente, el derecho al paro no se pierde aunque el trabajador reciba una indemnización elevada. Solo se exige haber trabajado al menos 360 días en los últimos 6 años y estar inscrito como demandante de empleo.
Con el ERE ocurre igual. Además, en algunos casos los servicios públicos ofrecen ayudas complementarias o planes de recolocación que solo se activan en despidos colectivos.
Lo que cambia es la cuantía y la duración de la prestación, que dependen del salario y de los días cotizados. Pero el acceso, en ambos casos, queda garantizado.
¿Qué leyes regulan el despido improcedente y el ERE en España?
La normativa que regula tanto el despido improcedente como el ERE se encuentra en el Estatuto de los Trabajadores, concretamente en su artículo 51 para los despidos colectivos y en los artículos 52 y 56 para los despidos individuales.
Además, el Real Decreto 1483/2012 establece el procedimiento específico para tramitar un ERE, incluyendo los plazos, los documentos y las obligaciones de la empresa durante el periodo de consultas.
En cuanto al despido improcedente, será un juez quien lo declare como tal, en función del cumplimiento (o no) de los requisitos de forma y de fondo. Por eso, el proceso se rige también por la Ley Reguladora de la Jurisdicción Social, que fija los pasos del procedimiento judicial laboral.
Todo este marco legal exige conocimientos técnicos. Interpretarlo bien es clave para defender los derechos del trabajador en cada caso. Y por eso siempre conviene apoyarse en un profesional con experiencia.
No enfrentes solo una situación de despido: protege tus derechos desde el primer momento
Ya sea que enfrentes un despido improcedente o ERE, lo que está en juego no es solo un salario. Es tu estabilidad, tu historial laboral y tu posibilidad de defender lo que te corresponde.
No firmes a ciegas ni aceptes explicaciones confusas. Consulta con quien entienda los entresijos del derecho laboral. Un abogado puede marcar la diferencia entre perder lo mínimo… o recuperar lo justo.
El procedimiento puede parecer complejo, pero no estás obligado a entenderlo todo. Solo a no rendirte antes de tiempo. Actúa, infórmate y defiende tu posición. Porque cuando conoces tus derechos, empiezas a recuperar el control.
Y si estás en Castilla y León, existen profesionales preparados para guiarte paso a paso. Puedes contar con abogados en Soria que conocen bien la normativa local, los criterios de los juzgados y las particularidades del entorno laboral de la provincia.
Recuerda: detrás de cada carta de despido hay margen para la defensa. No lo dejes pasar. Haz valer tu experiencia, tu trayectoria y tu dignidad profesional. Porque lo que hoy parece un final puede ser también el comienzo de una nueva etapa. Pero solo si tú decides defenderla.